jueves, 26 de mayo de 2011

domingo 22 Mayo 2011

Domingo de la V Semana de Pascua A

Evangelio según San Juan 14,1-12.

"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'?
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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Hacer la obra de Dios. Oh, Amado mío, enséñame a hacer la obra que tu haces. Tú tejes telares de oro fino, de amor, misericordia y ternura. Y yo, en este mar de amargura, no logro ni enhebrar agujas. Es tan poco lo que puedo y es mi fe, según Tú dices, la que permitirme niega la habilidad que Tú tienes. Haz que mi fe crezca, entonces. Yo creo en Tí, Amado mío, mas parece que aún dubito. Pero mi corazón late fuerte, al son de lo que por Tí suspiro. Darte mi vida yo quiero. Y Tú me pides tus obras. Conviérteme para ser, entonces, obrera de primera hora, tejer en tus propios telares, con los hilos que Tú tocas. Que contigo a mi lado, sosteniendome las manos, que contigo, mi Maestro, aprenderé y haré obras, telares de blancos hilos, mantos que cubran del frío, bolsos de pan y pescado, guantes que acaricien niños. La obra tuya hacer quiero. Guíame, Señor Amado, por el camino que debo y que mis manos sean tuyas, mis palabras, tu Escritura y mi corazón que sangre, la sangre que ofreciste al Padre. Amén.

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