jueves, 26 de mayo de 2011

sábado 14 Mayo 2011

Evangelio según San Juan 15,9-17.

Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado.
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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Aménse los unos a los otros como Jesús nos amó. Señor, es verdaeramente la llave de la felicidad la que nos has dado. Ese amor de dar la vida por el otro, de entregarse, desgarrarse, compartirse, partirse, por el otro y para el otro es lo único que plenifica al hombre. Porque al hombre el Padre lo hizo a Tu imagen y semejanza. Nuestro corazón anhela lo que Tú anhelas. Luego sólo encontrará paz en asemejarse cada vez más a Tí. No es un mandamiento, así como yo lo veo: es la manifestación, la revelación de nuestro verdadero ser. Es como si nos hubieses dicho: "Sean ustedes mismos". Y ser nosotros mismos es amarnos los unos a los otros, es vivir ese amor cristiano que significa pasión, cruz y resurrección y termina en la Gloria. No es un mandato: es la revelación de una verdad. Y por lo tanto, no somos servidores que nos obligan, sino amigos que nos invitan a mostrarnos como verdaderamente somos. No hay felicidad más grande que amar. Y amarte aTí, es un privilegio. Dios se deja amar por mí, simple criatura, y me nombra hijo en el Hijo. Heredero de su Reino. ¿Podemos necesitar algo más que este amor desmedido e inmerecido? Con el amor de Dios, lo tenemos todo. Amén.

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