jueves, 26 de mayo de 2011

domingo 15 Mayo 2011

Domingo de la IV Semana de Pascua A

Evangelio según San Juan 10,1-10.

"Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante.
El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir.
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz".
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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Pastor sublime que das tu sangre por tus ovejas, escucha mi oración y ten piedad. Pastor dulce y tierno que acurrucas a las pequeñas ovejas entre tus brazos, escucha mi oración y ten piedad. Pastor eterno que noche y día cuidas de todas y cada una de tus ovejas y nada les hace faltar, escucha mi oración y ten piedad.


Puerta del rebaño, que siempre estás abierta para la oveja descarriada que tomó otro camino. Puerta fuerte, que nos proteges de lobos que desean desgarrarnos. Puerta firme, que sostiene al que se derrumba, escucha mi oración y ten piedad.


Pastor que a tu silbido quiero oír, atender y seguir, perdóname las veces que me dejo llevar por otras voces. Cuídame, dulce Pastor mío. Acaríciame con tu mano santa y cura mis heridas. Soy la oveja que ante la vida del mundo pierdo mi esperanza y me entra el cansancio del alma; me entristezco y el mundo se me hace irreconocible. Pero Tú, Buen Pastor, allí estás a mi lado, guiándome. Y cuando te siento a mi lado, esta pobre oveja, vuelve a sentir la alegría y vuelve a brincar: el mundo soñado por Dios, la realidad aquí y ahora del Reino, es posible. Buen Pastor, toma mi vida en tus manos y haz con ella lo que quieras, porque sólo a tu lado me siento viva, sólo en Tí respiro, y habita en mí el eliento de vida. Envíame tu Espíritu, Señor, y ten piedad de mí. Amén

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