domingo, 8 de mayo de 2011

martes 03 Mayo 2011

Evangelio según San Juan 14,6-14.

Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto".
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'?
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre.
Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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El Padre está en el HIjo y el Hijo está en el Padre. Maravillosa realidad de unidad íntima, de comunión profunda. Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios y tres Personas. El Padre crea; el Hijo redime lo creado y el Espíritu Santo lo santifica. Sin uno de los tres, sin la comunión de los tres, no sería posible la Vida Eterna. Porque lo que el Padre crea, nace con su naturaleza herida por el pecado de nuestros padres Adán y Eva; el Hijo, redime, compra con su Sangre nuestra libertad y nos libera del pecado, abriendo las puertas a la Vida Verdadera, y el Espíritu Santo completa la obra con la santificación, que nos posibilita a los hombres, que por la concuspiscencia aún nuestra naturaleza queda debilitada y proclive a caer, a través de los sacramentos recuperar la gracia y seguir nuestro camino de santidad para alcanzar la Vida Eterna. Bendita comunión de la Santísima Trinidad que nos hace merecedores de un premio inalcanzable por nosotros mismos. Y camino de santidad, dije. ¿Y cuál es ese camino? Es Cristo mismo. El camino de la santidad no es otra cosa que ser su imagen. Vivir como Él vivió, hacer lo que Él hizo. Y es la Vida, porque en Él, con Él y en Él alcanzamos la Vida Plena. Y es la Verdad. Porque lo que nos muestra el mundo son espejos de colores que se estrellan y se rompen con sólo caer. Él cayó tres veces, y hoy está resucitado. En la Verdad está el Bien. Y en el Bien está el Amor. Dios es Amor. Cristo es Dios. ¡Alabado Sea por siempre!

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