miércoles, 11 de mayo de 2011

martes 10 Mayo 2011

Martes de la III Semana de Pascua

Evangelio según San Juan 6,30-35.

Y volvieron a preguntarle: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo".
Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo;
porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo".
Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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Sólo Tú, Señor, das la Vida al mundo. Tú eres verdaderamente el Pan de Vida. Sin Tí la vida es una visión borrosa, un espejismo en medio de un desierto. Sin Tï, la vida es un páramo donde no se encuentra árbol donde recostarse ni agua para calmar la sed. Sin Tí, la vida es cansancio y dolor sin sentido. Sin Tí, las mañanas son pesadillas nocturnas. Sin Tí, la eternidad no existe y el tiempo se desvanece entre los dedos como las lágrimas entre nuestras manos. Sin Tí, el alma sucumbe a la tristeza y a la desesperanza. Sin Tí, el día es un hartazgo infinito y la noche, un terror de pesadumbres. Sin Tí, la vida carece de sí misma, no tiene ser, es el no ser, y el no ser no es, por lo tanto, la vida sin Tí, no es, no existe, es nada. Sólo hay vida en la vida con tu Vida. Sino la vida se llena de muerte, y demuerte sin fin. Danos, Señor, la gracia de seguirte siempre para que tengamos Vida, la que Tú regalas. Y gracias, Señor, por darnos Tu Vida: la Vida que Tú tienes por ser Hijos de Dios y Dios mismo y compartirla con nosotros. Gracias. Amén.

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